BREVE BIOGRAFÍA DE ISABEL BAREA, ANARQUISTA DE JEREZ

 - Fecha de última actualización: 24 de mayo de 2022

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ANARQUISTA ISABEL BAREA (Grazalema, 1858-Jerez, 1935)

-LA PANADERA QUE VENDÍA AL MISMO TIEMPO PAN PARA EL CUERPO

E IDEAS LIBERTARIAS PARA EL ESPÍRITU-

Manuel Almisas Albéndiz


 

Isabel Barea de la Rosa nació en Grazalema (Cádiz) en septiembre de 1858, de padre Martín y madre Francisca, falleciendo en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 13 agosto de 1935, viuda, a los 76 años de edad1. En ese momento vivía en la barriada conocida como «Tierras del maestro Fuentes», en el extrarradio del sur de Jerez.

Al menos hasta los 20 años vivió en Grazalema, edad a la que se casó en la Parroquia de la Encarnación de dicha localidad el 25 de septiembre de 1878 con Juan Franco Gallardo2, campesino de 23 años de edad. Ambos procedían de familias jornaleras. No tuvieron descendencia.

Se desconoce cuándo se trasladó el matrimonio a Jerez desde su pueblo natal, ni si ya se habían iniciado en la militancia sindicalista o anarquista. Hay que recordar que Grazalema fue uno de los pueblos donde más prendió la llama del internacionalismo y el movimiento obrero estuvo muy arraigado. El conocido anarquista, propagandista de las ideas libertarias y profesor racionalista José Sánchez Rosa había nacido también en Grazalema, y allí tuvo una activa vida militante hasta principios de 1890. Es más que probable que se conocieran y con él se adentraran en el mundo libertario3. Otros conocidos anarquistas de Grazalema y afincados en Jerez desde 1900 fueron Francisco Vázquez García y José Mateo Moscoso, personaje este último que saldrá más adelante en esta historia.

Hasta 1908, cuando Isabel contaba con la avanzada edad de 48 años, no vamos a tener la primera noticia del carácter anarquista de Isabel Barea. Aparecerá en la sección «Correspondencia» del semanario Tierra y Libertad (Barcelona) del 24 de diciembre de 1908. Allí el grupo anarquista jerezano «Fermín Salvochea» enviaba una serie de donativos, y además decía: «de Isabel Barea, como suscripción a la iniciativa de José Sánchez Rosa, 0,25 peseta».

La «iniciativa de Sánchez Rosa» se refería a la campaña de suscripción de donativos para los obreros de Alcalá del Valle (Cádiz) que este maestro racionalista y escritor anarquista, paisano suyo como hemos visto, y que residía en ese momento en Aznalcóllar (Sevilla), comenzó a principios de septiembre de 1908. Estaba enmarcada en la inmensa campaña de solidaridad con los campesinos presos de Alcalá del Valle que se desarrollaba en esos meses, y que se encontraban recluidos en la prisión de San Miguel de los Reyes (Valencia) a raíz de los sucesos acaecidos en la localidad gaditana durante la huelga general a favor de los presos sociales libertarios de 1903.

Según esta referencia a Isabel Barea, se deduce que debía tener alguna relación con dicho grupo anarquista, por lo que es interesante conocer que desde comienzos del año anterior, en 1907, existía en Jerez un Grupo anarquista llamado «Campesinos Rebeldes», al que pertenecían los veteranos militantes anarquistas Jose Arranz Márquez4 y José Mateo Moscoso5, habiendo sido detenido este último ese mismo año y enviado a la cárcel Modelo de Madrid.

De nuevo en libertad, en el ejemplar del 13 de agosto de 1908 de Tierra y Libertad se decía que el compañero José Mateo Moscoso pedía que le mandaran 5 ejemplares de cada uno de los periódicos libertarios que se publicaban en España, así como del publicado en La Habana (Cuba) titulado ¡Tierra! a la siguiente dirección: accesoria del n.º 1 de la calle San Agustín de Jerez. En sección aparte, Mateo Moscoso enviaba donativos para los presos de parte de José Arranz, de José Ríos Álvarez y de José Castaño, por lo que es muy probable que todos ellos formaran parte del Grupo «Campesinos Rebeldes», domiciliado en la calle San Agustín.

Dos semanas después, la misma prensa reproducía el comunicado «A todos los compañeros» firmado por Mateo Moscoso, y fechado en Jerez, donde comunicaba que el grupo «Campesinos Rebeldes», y especificaba «hoy llamado Salvochea» (recordemos que Fermín Salvochea había fallecido en Cádiz en septiembre de 1907, y sería poco después cuando le cambiaron el nombre al grupo como homenaje al conocido anarquista gaditano), proponía la celebración de un mitin provincial con el fin de «ayudar a sacar del presidio a los presos de Alcalá del Valle, víctimas de la reacción y el caciquismo andaluz».

Por último, en el Primer Congreso de Solidaridad Obrera celebrado en Barcelona los días 7 y 8 de septiembre de 1908, se leyó la adhesión del Grupo anarquista de Jerez «Fermín Salvochea», siendo José Mateo Moscoso quién enviaba la carta en nombre del «pequeño grupo», y lo hacían por afirmar que en Jerez «no hay sociedad de obreros constituida»6.

Lo que decía Mateo Moscoso sería así por pocos días, pues en Tierra y Libertad del 10 de septiembre de 1908 aparecía la comunicación titulada:

Por la Idea

Con la denominación de «Los Invencibles» hemos constituido un nuevo grupo anarquista para luchar por la propaganda de nuestros ideales...para defender la anarquía, propagarla y amarla con la intensidad con que se debe amar la más bella de las concepciones humanas.

Somos trabajadores, esclavos del terruño, yunques donde, hasta hoy, por nuestra pasividad y nuestra ignorancia, descargan sus golpes todos los vampiros del pueblo.

...queremos ser rebeldes y no esclavos...queremos ser invencibles por nuestra conciencia y lo seremos por nuestra voluntad…

Diríjase toda la correspondencia a Francisco Olmo7, calle San Agustín, 1, accesoria, Jerez de la Frontera (Cádiz).

Salud y Libertad.

Es decir, tenía como sede la misma que el «Grupo Salvochea».

Si el 24 de diciembre de 1908 hemos asistido a la primera donación de Isabel Barea, a los dos meses, también en Tierra y Libertad del 18 de febrero de 1909 se anunciaba que el corresponsal en Jerez, Diego Martínez Domínguez8, había enviado una serie de donativos, y entre ellos se podía leer «0,25 pta. de Isabel Barea para la suscripción a favor de los presos sociales».

En el mismo ejemplar se convocaba a los componentes del grupo «Los Invencibles», de Jerez, a la reunión que se efectuaría el día 28 de febrero en la calle San Agustín n.º 1, accesoria, para tratar asuntos relacionados con el programa del mismo y estudiar los medios para apoyar toda iniciativa reivindicativa». Y a continuación venía una nota más pequeña que decía que la revista racionalista de Valencia llamada Humanidad Nueva «seguirá mandando los números de costumbre a Diego Martínez, en San Agustín n.º 1, accesoria, Jerez de la Frontera». ¡Diego Martínez también utilizaba esa misma dirección!

Antes de continuar con la historia de Isabel Barea, y toda vez que la vemos relacionarse con los principales dirigentes anarquistas de Jerez, es preciso seguir conociendo a algunos personajes y la situación del anarcosindicalismo en Jerez en los primeros meses de 1909. En Tierra y Libertad del 1 de julio se podía leer el comunicado de 23 de junio que firmaban José Arranz, Diego Martínez y José Mateo Moscoso, como miembros del Comité de Huelga de Jerez ante la fracasada huelga que habían impulsado a mediados del mes de junio. Decían que ya sabían de antemano que dicha huelga parcial, en la que no había «convicción en los obreros», sería un fracaso seguro, pero su «amor a los desheredados y su odio al Capital» les impulsó a hacer dicho llamamiento para «despertar al obrero de esta Campiña, la más rica en mieses de España, y los más explotados de ella».

El comité de huelga, dirigidos por el veterano Arranz, culpabilizaba a los «cobardes, esos cadáveres andantes, esclavos resignados que no saben más que llorar», ofreciendo esta imagen: ellos fueron «tres hombres convertidos en Cristos que quisieron resucitar a tantos Lázaros, pero no pudieron levantarse de sus tumbas más que a un centenar de leprosos, que volvieron a morir...». Arranz afirmaba que las autoridades habían amenazado a los campesinos con el presidio y las represalias si iban a la huelga, y en especial le habían amenazado a él, por «tanto odio que me tienen la burguesía, autoridades y los arrastra-sables...».

El comité de huelga se lamentaba de que ahora, después de fracasada la huelga, «unos cuantos voceadores, apóstatas, heraldos ruidosos, revolucionarios que hacen el ridículo… nos motejan ante los amos y capataces negreros que nosotros los hemos arrastrado al precipicio...».

Su frase final es digna de reproducirse: «¡Pobres, pobretes!… que todavía necesitan de pastores, hay que compadecerles. Y a los que nos calumnien, el desprecio y el salivazo sea nuestra respuesta».

Este panorama algo desolador será el que luego nos haga comprender otras situaciones que vivió Isabel Barea.

El 18 de febrero de 1909, el 1 de abril, el 28 de mayo y el 24 de junio de dicho año, de nuevo saldrá el nombre de Isabel Barea en la sección «Correspondencia» de la revista anarquista, cuando Diego Martínez enviaba en esas tres ocasiones una serie de donativos para «las víctimas y presos por cuestiones sociales» y especificaba en los tres casos: Isabel Barea: 0,25 pta. y «Grupo Salvochea», 1 peseta. Con estas notas se evidenciaba que ella no formaba parte del grupo anarquista, pues donaba de forma personal, pero sí próxima a esos anarquistas jerezanos.

Tierra y Libertad fue suspendida a partir del n.º del 22 de julio de 1909, y lo mismo ocurrió con Solidaridad Obrera y el resto de prensa anarquista de Cataluña y otras provincias. El motivo fueron los hechos conocidos como «Semana Trágica» que comenzó el 26 de julio con una Huelga General originado por el decreto del presidente Antonio Maura que enviaba tropas de reserva a la Guerra de Marruecos. Durante esa semana y hasta el 2 de agosto, fueron arrestados más de 1.600 obreros, fueron heridos más de 500 obreros y murieron entre 100 y 150, además de los cinco presos condenados a pena de muerte que fueron ejecutados en el Castillo de Montjuic entre el 13 de agosto y el 13 de octubre. A pesar de la enorme represión sobre el movimiento republicano, librepensador y anarquista, se creó una gran campaña de solidaridad por el indulto de Ferrer i Guardia, quien finalmente sería ejecutado el 13 de octubre. En este contexto hay que situar las siguientes detenciones de anarquistas en Jerez.

En El País (Madrid) del 18 de septiembre de 1909, con el titulo «La redada en Jerez. Obreros detenidos», se informaba que el día anterior «la policía, cumpliendo órdenes del gobernador, ha detenido a los obreros conocidos por sus ideas avanzadas o anarquistas, José Arranz, Rafael Jiménez, Juan Franco e Isabel Barea, registrando sus domicilios y recogiendo alguna correspondencia. El gobernador, que llegó por la tarde, ordenó el ingreso en la cárcel de los detenidos». La Correspondencia de España y otros medios de Madrid daban la misma noticia de forma más escueta, pero añadían los segundos apellidos de los tres detenidos varones: Arranz Márquez, Jiménez López y Franco Gallardo -es decir, el marido de Isabel-. Además, decía que en sus domicilios habían sido recogidos «varios documentos, cartas y listas postales».

El día 22 de dicho mes El Avisador Numantino (Soria) en una línea informaba de forma sensacionalista, y dando el segundo apellido de Isabel, de la siguiente forma:

«En Jerez han ingresado en la cárcel tres anarquistas y una llamada dama roja9Isabel Barea de la Rosa».

De forma sorprendente, en la prensa jerezana de El Guadalete no publicaron nada sobre estas detenciones, si bien es verdad que le dedicaban muchas columnas y planas a la visita a Jerez de la Frontera que comenzó el mismo día 18 de septiembre el político José Canalejas. Su visita respondía a su cargo de abogado de la acusación privada en el escándalo judicial del Monte de Piedad y Caja de Ahorros. José Canalejas, en febrero del año siguiente, se convertiría en Presidente del Consejo de Ministros.

No se conoce cuanto tiempo estuvieron presos los anarquistas jerezanos. Sí se sabe que los compañeros Sebastián Oliva y Francisco Cantalejo enviaron a El País una nota que se publicó el día 29 de septiembre y que titularon «Los presos de Jerez», que decía así:

Han sido detenidos hace varios días en ésta José Arranz, Rafael Jiménez, Isabel Barea y su esposo Juan Franco, sin otra causa que sus ideas avanzadas.

Registrado el domicilio de Isabel Barea se encontraron varias cartas particulares en las que se hace mención de amigos y conocidos mandándoles recuerdos, y se consignan frases anatematizando el estado actual de cosas. También han encontrado periódicos y revistas.

A esto se le llama documentos de importancia (...)

¿Por qué se molesta a personas que no han cometido otro delito más que el de pensar?

Prueba de ello es que a Juan Franco y Rafael Jiménez no se les ha tomado declaración ni notificado nada acerca de su prisión.

La prensa que pudieron encontrar en casa de Isabel Barea debía ser Tierra y Libertad, Solidaridad Obrera, Humanidad Nueva (Valencia), ¡Tierra! (La Habana) o La Voz del Cantero, que son las cabeceras que en esos meses distribuían en Jerez los sindicalistas José Arranz y Diego Martínez, o quizás ella misma, aunque no tengamos aún constancia de ello.

Por la noticia de su detención donde se habla de «Isabel Barea y su marido», se desprende que quien era la anarquista señalada y dama roja era Isabel. A su marido Juan Franco la policía ni le tomó declaración.

De nuestra protagonista no vamos a conocer ningún nuevo detalle hasta el año siguiente, pero conviene retener lo que aporta el comunicado aparecido en Tierra y Libertad el 25 de mayo de 1910. Se llamaba «Una iniciativa», e iba dirigido


A los agricultores y viticultores de Jerez de la Frontera y a los demás del mismo ramo que trabajan en esta campiña:

...nos dirigimos a todos los que sois explotados para haceros ver la conveniencia de fundar una sociedad de resistencia, defensora de la dignidad del campesino...En Jerez, más que en ninguna ciudad, vemos la necesidad de abrir un Centro de Campesinos…

...Con este objeto se ha abierto una suscripción y ha quedado nombrada una Comisión permanente de compañeros…

...El local destinado para la suscripción a favor del Centro está situado en la Plaza del Arenal, San Agustín n.º 1, accesoria, puesto de pan.

Compañeros: el carácter de la sociedad que anhelamos fundar es el de un Sindicato Agrícola…

Campesinos, unámonos para emanciparnos.

Jerez, la Comisión


Como se aprecia, la sede del Centro de Campesinos iba a situarse también en la accesoria del n.º 1 de San Agustín, añadiendo un dato nuevo: era un puesto de venta de pan.

A continuación se va a desvelar el secreto…

***

Antes, en el primer número de la 4ª Época de Tierra y Libertad tras el largo periodo represivo, correspondiente al 24 de febrero de 1910, Diego Martínez va a enviar 7,25 pesetas de donativos para la Revista de parte de los anarquistas ya conocidos José Arranz, José Mateo Moscoso, y los futuros dirigentes campesinos Sebastián Oliva o Francisco Cantalejo, entre otros. No está Isabel Barea, como era lo esperable, pero había una enigmática «compañera ácrata» con una pequeña donación. Ninguna mujer jerezana hasta ahora, salvo ella, había aparecido en esta sección, por lo que cabría preguntarse, ¿era ella? Aunque hasta ahora siempre había puesto su nombre, sin seudónimos…

El 7 de abril de 1910 será la primera vez que la Correspondencia de Tierra y Libertad se dirija personalmente a Isabel Barea como paquetera, y le anunciaba que había recibido sus 3 pesetas por 3 paquetes de revistas y 1 peseta por un paquete de Solidaridad Obrera. Desde ese momento se revelará su función de vendedora y distribuidora de esa prensa anarcosindicalista de Barcelona, aunque no en exclusividad.

El 1 de junio de 1910, José Arranz le enviaba a Tierra y Libertad una serie de cantidades, de las cuales 0,25 era de Isabel Barea para los presos por cuestiones sociales, y tres semanas después, el mismo José Arranz realizaba una serie de donativos de varias personas, así como del Grupo «Los Topos», de reciente creación, y 0,25 pta. de parte de Isabel Barea para el número extraordinario del 26 de julio (fecha del inicio de la Semana Trágica de Barcelona) que se estaba elaborando.

En el ejemplar del día 26 de julio de 1910, Francisco Cantalejo Sánchez enviaba, entre otras cantidades, 1 peseta para la suscripción a Tierra y Libertad de Isabel Barea, y otro donativo suyo para el N.º Extraordinario del 26 de julio. Cantalejo también daba cantidades de parte de Sebastián Oliva, y del Grupo «Los Errantes» que también se había formado pocas semanas antes. Cantalejo formará parte del nuevo grupo «Los Topos», de obreros agrícolas de Jerez, y estuvo animando a los obreros campesino de Jerez a que salieran del letargo y se dispusieran a organizarse y luchar10.

***


ISABEL BAREA SE ENFRENTA A LOS CAMPESINOS SINDICALISTAS DE JEREZ

Isabel Barea, además de ser la única mujer de Jerez que con frecuencia donaba para los presos y otras causas anarquistas, y que se había convertido en una de las paqueteras-corresponsales de Tierra y Libertad, pronto la veremos como mujer activa que quería organizar a sus compañeras.

En enero de 1911 se celebró un mitin en Puerto Real para movilizar y organizar a los obreros, donde participaron muchos oradores de otros pueblos de la provincia. Al final de la crónica se reproducía un escrito de adhesión al acto de José Arranz de Jerez y de Isabel Barea11. El de Isabel decía:

Sola, anónima, sin capillitas, luchando siempre por el sublime ideal y amante de la unión que las abejas humanas en Puerto Real buscan una colmena grande, donde todas en comunidad elaboren el rico panal para sus proles queridas y acaben con los zánganos de la colmena social explotadora, desde este rincón del vicio os mando mi adhesión, aconsejándoos clavéis el aguijón en los zánganos malditos.

Y vosotras, abejas femeninas, ¡asociaos!- ISABEL BAREA.

Jerez de la Frontera.

La nota es sugerente porque Isabel se declara que no forma parte de ningún grupo anarquista de los que existían en Jerez, que es una anarquista solitaria, «sin capillitas» o dirigentes a los que supeditarse, pero siempre luchando por el «sublime ideal». Tenía 51 años y no sabemos que experiencias negativas, quizás, tuvo en el pasado para actuar de esa forma «anónima».

Una cosa está clara. La prensa que ella distribuía no lo hacía entre los miembros de los grupos anarquistas, sino entre otras personas (mujeres incluidas) sobre las que tendría algún tipo de influencia. Pronto podremos matizar este aspecto.

Tras esta pequeña incursión «literaria», Isabel Barea va a publicar su primer artículo en el semanario Tierra y Libertad del 8 de febrero de 1911. Se titulaba «A vosotras y vosotros» y, como veremos, traerá importantes consecuencias.

A VOSOTRAS Y VOSOTROS

Sí, a vosotras me dirijo, mujeres del pueblo. A vosotras que sufrís las dobles consecuencias del presente orden social; vosotras que en campos, fábricas y talleres aniquiláis vuestra existencia y deformáis vuestros cuerpos en trabajos rudos e insalubres; vosotras que sin miramiento a vuestra débil constitución física se os obliga a hacer un trabajo incompatible con vuestras fuerzas; vosotras que en las interioridades del hogar proletario sois la cima de todas las amarguras y dolores; vosotras que al ver temblar de frío y de hambre a los hijos de vuestras entrañas, se os doblega, se os desgarra el corazón y sentís en vuestra alma las sacudidas violentas de un profundo dolor; vosotras que al querer amamantar a vuestros tiernos hijos veis que tenéis que soltarlos porque no hay nada en vuestros pechos exhaustos, sintiendo entonces una angustia infinita; vosotras, jóvenes, que tenéis que entregaros a los deseos libidinosos del sifilítico burgués, deseos que manchan vuestra virginidad, llenándola de impurezas, que cuando el apetito brutal e insano lo satisfacen os arrojan lejos de sí, como pingajo asqueroso de sus vicios y maldades; vosotras que llenáis los antros tenebrosos y fétidos de los lupanares; vosotras, flores marchitas, que tenéis que entregaros al primer gomoso que os compra; vosotras, cuyos cuerpos sirven de enseñanza a los jóvenes imberbes que sobre las losas frías de los anfiteatros en los hospitales, adquieren sus conocimientos; vosotras que sois carne del pueblo; vosotras, jóvenes madres, que llegáis a la senectud antes de tiempo porque la miseria os abruma y el dolor os desgarra el alma, a vosotras me dirijo como hija del pueblo que soy; a vosotras, porque como vosotras soy víctima de la esclavitud, de los dolores y de las miserias.

Sí, a vosotras, para que, juntamente con vuestros compañeros, con vuestros hijos, con vuestros padres y con vuestros hermanos, luchéis por redimiros y redimirlos a ellos; todos en común acuerdo lucharemos por la común emancipación, puesto que sobre todos pesa la esclavitud; vosotras, hijas del trabajo, tenéis la doble ventaja de que la educación de vuestros hijos está en vuestras manos; haced de ellos hombres fuertes y sanos de inteligencia, que estén predispuestos a defender sus sacratísimos derechos.

Esclavas del hogar y del trabajo: uníos para romper las bárbaras cadenas que os aprisionan, demostrando así que no sois el débil sexo maldecido por los bárbaros padres de la Iglesia.

Vosotros, esclavos del terruño: vosotros que pasáis vuestra mísera existencia entre cadenas de miserias; vosotros que sintiendo en el alma la nostalgia de la rebeldía, en rudo batallar por la liberación, habéis demostrado entereza de ánimo y un amplio espíritu de libertad, y ¡oh, inconsecuencia de los rebeldes!...¡oh, desencanto! Después de tantas épicas luchas, os habéis hundido en la ciénaga pestilenta de la política acogiéndoos bajo su manto protector...¡oh, inconsecuencia de los inconsecuentes! ¿Cómo podréis justificar vuestro paso, campesinos de Jerez? Al haberos hecho bañar en las pestilentes aguas de la política pablista12, tenéis que ver que estáis al borde del abismo; aún tenéis tiempo de retroceder. ¿Lo haréis?

Esperemos.

ISABEL BAREA

Jerez de la Frontera


La alusión a los campesinos de Jerez, que se «bañaban en las pestilentes aguas de la política pablista», no pasó desapercibida, ni mucho menos. Era una crítica muy grave y encima viniendo de ella, una mujer que no era «nadie» -¡y mujer!- dentro del mundo anarco-sindicalista jerezano.

A las dos semanas de publicarse este texto, en el ejemplar de Tierra y Libertad del 22 de febrero, se podía saber que Isabel había enviado 0,50 peseta como Donativo general para la revista, y otras 0,50 destinado a la Suscripción general a favor de los presos sociales . Era la única persona de Jerez que lo hacía. Era evidente que de verdad actuaba sola, «anónima, sin capillitas» y que no pertenecía a ningún grupo anarquista de Jerez.

En relación con el anterior artículo de Isabel Barea del 8 de febrero, donde expresaba una dura crítica contra la recién creada Asociación de obreros campesinos, en Tierra y Libertad del 1 de marzo aparecía una nota «De Jerez» que decía:

La Sociedad de Agricultores de Jerez de la Frontera nos envía una carta, en contestación a un artículo publicado en este periódico, en la que manifiesta que por el hecho de estar domiciliada en la Casa del Pueblo, no tiene nada de política, pues si los obreros que la integran fueran pablistas o lerrouxistas lo dirían con franqueza.

Manifiesta la Junta de dicha sociedad que por ser de Resistencia, no tiene otro carácter que el sindicalista, estando adherida a la Federación nacional «Solidaridad Obrera».

Manifiestan que los campesinos de Jerez están despojados de todo color político, y si están adheridos a la Casa del Pueblo13 es porque dentro de ella las sociedades son completamente autónomas.


El periódico no había querido publicar la carta íntegra pues se vertían graves acusaciones contra una compañera y colaboradora, y por eso quisieron hacer un resumen de lo fundamental. Pero en el sindicalista Solidaridad Obrera del 3 de marzo de 1911 sí se aclarará lo que querían decir en la carta y se publicaba una nota firmada por Francisco Cantalejo (presidente) y Joaquín Caro (secretario) en los siguientes términos:


La Sociedad de Agricultores, en asamblea ordinaria del 15 de enero, acordó adherirse a la Confederación Nacional Solidaridad Obrera, de Barcelona; escribir a la comarcal de Sevilla pidiendo los estatutos, y, como no hemos visto ni en la prensa ni por escrito ninguna contestación, esperamos se reproduzca nuestra adhesión en toda la prensa obrera, para así hacer ver que es mentira lo dicho por Tierra y Libertad del 8 del pasado, de que los campesinos de Jerez somos políticos; por haber delegado (para escribir) a individuos que pertenecen a esta Sociedad y también al club de esa tal Isabel Barea, que es la que firma el artículo.

Y en la asamblea del 15 del corriente [febrero] le declaramos el boicot a la tal Isabel Barea, que tiene un puesto de pan en la calle San Agustín, 1, accesorio, y con esto se ha de ver que la verdad tiene más influencia que la mentira, siempre que hay constancia.

En el ejemplar de Solidaridad Obrera del 24 de marzo 1911, además de conocer que Isabel Barea colaboraba con 0,50 pta. en la Suscripción abierta en solidaridad con la anarquista sevillana Ángeles Montesinos, y a través de José Arranz también donaba para los presos sociales, la redacción informaba que habían recibido dos artículos de «nuestros compañeros» Jose Arranz Márquez, de Jerez, y Rafael Rueda López, de Nerva y preso actualmente en Huelva, que «justificaban la conducta» de Isabel Barea. No las publicaron por ser norma del periódico no insertar comunicaciones que «puedan originar polémicas entre obreros», a no ser que vengan con el sello y firma de una entidad obrera, como fue el caso de los campesinos de Jerez.

Era evidente que la crítica de Isabel sería compartida por todos aquellos anarquistas que no veían con buenos ojos que los sindicalistas se acercaran a los centros políticos o sindicales en manos de los socialistas o republicanos. La política y los políticos eran enemigos acérrimos de los anarquistas, e Isabel Barea, como hemos visto, estaba próxima a los grupos anarquistas jerezanos y a sus máximos representantes como José Arranz.

También aparece la afirmación de que Isabel tenía o pertenecía a un «club» de anarquistas, quizá propio: «al club de esa tal Isabel Barea». No hay más noticias de ese aspecto de su militancia, que bien puede referirse a grupos de mujeres.

Por todo lo expuesto anteriormente, queda demostrado que Isabel Barea era la que regentaba la tienda de venta de pan de la accesoria del n.º 1 de la calle San Agustín (esquina a la plaza del Arenal) desde 1908 y que allí era donde se distribuía la prensa anarquista y sindicalista a través de Diego Martínez, y donde tuvieron su sede o dirección de contacto los grupos anarquistas «Fermín Salvochea» (antiguos «Campesinos Rebeldes») y «Los invencibles». Quizá esta provechosa relación es la que hizo que se convirtiera en una anarquista cada vez más consciente e instruida.

El 14 de junio de ese mismo año de 1911 aparecía en Tierra y Libertad su segundo artículo, demostrando con ello que Isabel Barea no había sido amonestada ni vetada en la revista anarquista a raíz de sus críticas a la Sociedad de Campesinos de Jerez. Más bien parecía todo lo contrario. En el siguiente texto continua y abunda en sus mismos razonamientos y críticas, llamando a las mujeres del pueblo a organizarse para sacudirse su doble cadena.


A LAS MUJERES

Mujeres del pueblo: esclavas del hogar; carne tórrida que os consumís en proporcionar lúbricos placeres a cambio de unas míseras monedas que representan vuestra vida; vosotras que arrastráis una vida tenebrosa de miserias y dolores; vosotras que lleváis sobre vuestra frente alabastrina el «inri» de la infamia social, ¡Oh, mujeres del pueblo que sentís palpitar en vuestras entrañas la vida de un ser que más tarde servirá de blanco de cañones y entretenimiento de sables, o bien a sumarse al ejército del lupanar, sirviendo, mientras sea bella, para satisfacción de lujuriosos apetitos, yendo después al frío mármol de una mesa de operaciones en un hospital o clínica, en donde su cuerpo purulento servirá de experiencia a jóvenes imberbes, que buscan el microbio que descompone la materia, no para salvar a rameras miserables, sino a aristocráticas damas que se prostituyen en suntuosos salones, entre los vicios sádicos exportados del Oriente.

Vosotras, ¡oh, mujeres que componéis el gran ejército de las vírgenes del dolor; vosotras que de continuo estáis derramando ardientes lágrimas que abrasan vuestros rostros al deslizarse silenciosas, que desgarran vuestro corazón en la horrible desesperación de un presente de miserias; vosotras que tenéis como corolario el negro porvenir lleno de tétricos fantasmas; vosotras sois las que habéis de rebelaros contra la tiranía social; vosotras tenéis que romper las cadenas de vuestra esclavitud, tenéis que ocupar vuestro puesto en la lucha social, tenéis que coadyuvar a libertar la humana especie, libertándoos vosotras mismas.

Sí, mujeres del pueblo; tenéis que luchar enérgicamente para salir de la abyección en que vivís; la vida que sonríe a los luchadores de un bello porvenir alcanza a la mujer, pero es necesario que ésta se dignifique en la gran lucha de la libertad.

Mujeres del pueblo: entre el resplandor de la gran hoguera está nuestro puesto, la aurora de la gran mañana se dilata en el horizonte, alumbrando con el sol de la justicia; él es la libertad humana. Adelante, mujeres del pueblo, a conquistar nuestra redención.


ISABEL BAREA

Jerez de la Frontera


La siguiente información nos vuelve a ofrecer una noticia de la implicación política de nuestra Isabel Barea. En el diario Heraldo de Madrid de 22 de septiembre de 1911, en una sección titulada «Noticias de Jerez», se informaba que

La policía ha registrado una taberna llamada «Petit Club» (plaza del Arenal), y luego el domicilio de su propietario, Francisco Romarís14, afiliado a la Juventud Republicana. Los registros han sido infructuosos.

Además se ha practicado un minucioso registro en la panadería de Isabel Barea, significada anarquista, encontrando el folleto de Anselmo Lorenzo15.

También individuos de la Guardia Civil registraron el despacho de periódicos de Manuel Lope (calle Corredera) sin encontrar nada pecaminoso.

Son muy comentados estos registros, que se atribuyen a la venganza de algún enemigo que los denunció a la autoridades.


¿A qué se debía esta actuación policial? La CNT se había fundado en Barcelona en octubre de 1910, y entre los días 8 y 10 de septiembre de 1911 celebró su II Congreso, adoptando el acuerdo de declarar una huelga general contra la Guerra de Marruecos y en apoyo de todos los conflictos reivindicativos que se sucedían en numerosos puntos del estado español. La Huelga General estalló el 16 de septiembre y el gobierno de Canalejas implantó inmediatamente la suspensión de las garantías constitucionales y practicándose centenares de detenciones «preventivas» de dirigentes anarquistas. Según se explicaba en Tierra y Libertad del 1 de noviembre, el día 17 de septiembre encarcelaron al director y al administrador del periódico, entre otros significados anarquistas de Barcelona, dejando de publicarse la revista, así como también se produjo la suspensión de Solidaridad Obrera, órgano de CNT, y la prohibición de dicho sindicato. Es en esta situación de represión contra el movimiento anarcosindicalista donde hay que enmarcar el registro de la panadería de Isabel Barea. Desde entonces se formó un potente movimiento a favor de los presos sociales que habían llenado las cárceles.

Tras reanudarse la publicación de Tierra y Libertad, en el ejemplar del 8 de noviembre de 1911, la redacción le escribía a José Arranz y le anunciaba que ha enviado medio paquete de periódicos (15 ejemplares) a Isabel Barea y otro medio al nuevo corresponsal en Jerez. También le dice que abonaban un trimestre de suscripción al periódico a nombre de Isabel Barea.

¿Cuál era el domicilio de Isabel Barea y Juan Franco en esa época? No existen en el Archivo de Jerez datos padronales o provenientes de cédulas personales anteriores a 1911, por lo que nada sabemos sobre ellos anterior a esta fecha. En 1911, en el momento del registro de la panadería, el matrimonio vivía en la calle Guarnidos n.º 1 (Barrio del Consistorio)16, muy cerca de la plaza del Arenal, y por tanto de la tienda de pan, pero no sabemos desde cuándo vivieron allí.

Al año siguiente, y hasta 1913, se fueron a vivir al n.º 4 (accesoria) de la Calle San Agustín, justo enfrente de la tienda.

Ya a comienzos del año siguiente, el 28 de febrero de 1912, aparecía una noticia en el mismo periódico anarquista donde le decían a la redacción del periódico ¡Tierra! editado en La Habana (Cuba), que le mandaran medio paquete de ejemplares a Isabel Barea, a su domicilio c/ San Agustín n.º 4 de Jerez de la Frontera.

Esta prensa de anarquistas cubanos se distribuyó realmente en Jerez, pues en Tierra y Libertad del 12 de junio de 1912, la correspondencia administrativa le comunicaba al corresponsal «M.B.», entre otras cosas17, que había recibido 1 peseta de parte de Isabel Barea para pagar ¡Tierra! de La Habana, y 4 pesetas por paquetes que había vendido. Cada paquete traía 30 ejemplares y costaba 1 peseta, por lo que Isabel en ese comienzo de verano de 1912 vendía en su panadería 120 semanarios de Tierra y Libertad y 30 de ¡Tierra!; quedémonos con ese dato.

Finalmente, a finales de año, el 11 de diciembre de 1912, Isabel se va a convertir en la principal «corresponsal-paquetera» de la famosa revista anarquista. En la sección de Correspondencia le van a comunicar a Isabel Barea que han recibido 22 ptas. de su parte, desglosando que son de Benito Bernal (para un libro, para presos, para ayuda a los libertarios de México y para el anarquista Alejandro Aldamas preso en Nueva York), de José Bellido para su suscripción al periódico, de Francisco López de Bornos por folletos, y de ella para abonar al periódico ¡Tierra! y El Libertario (Gijón), una donación destinada para los presos y 9 pesetas por paquetes (es decir, 9 paquetes, ¡270 ejemplares!). Por último le decían que de su último giro le habían sobrado 4 ptas., y que lo abonaban en la Suscripción de ayuda a los jornaleros de Paterna de Rivera (Cádiz).

A la semana siguiente aparecía en la misma prensa esta curiosa nota:

Isabel Barea, de Jerez de la Frontera, San Agustín, 4, accesoria, desea relacionarse con la compañera Aurora Santander.

Esta era una práctica común. A través de la prensa anarquista se pedían relaciones para comenzar a entablar una correspondencia personal o militante con diferentes personas. Aurora Santander ya comenzó a escribir desde Torrelavega (Santander) al semanario Tierra y Libertad en julio de 1908 (realizando donativos y pagando folletos); el 21 de junio de 1911 publicaban un primer artículo suyo, pero sobre todo, por su cercanía en el tiempo, Isabel valoraría el trabajo de esta mujer por su artículo del mes de mayo pasado (en 1912) titulado «A los veteranos o viejos sociólogos». No sabemos si llegaron a escribirse y tener una correspondencia privada.

En el mismo ejemplar del 18 de diciembre, Isabel enviaba la cantidad de 4,10 pesetas para la Campaña de Suscripción para hacer un donativo al pensador anarquista ruso Piotr (Pedro) Kropotkin. En la lista aparece, además de ella, su marido Juan Franco, el suscriptor José Bellido, y algunos dirigentes de la Sociedad de Obreros Agrícolas de Jerez, como Diego Martínez, Caro o Antonio Ganfornina, con los que ya parecía haberse reconciliado, pues la Sociedad se había marchado de la Casa del Pueblo.

No sabemos si Isabel Barea envió pequeños textos a diferentes medios anarquistas de provincias, pero a juzgar por lo que sigue, es casi seguro que sí. Fechado en Jerez en diciembre de 1912, el semanario anarquista de Ferrol Cultura Libertaria publicará «¡Compañeras!», de Isabel Barea, que verá la luz el 2 de enero de 1913.

¡COMPAÑERAS!

A vosotras, esclavas del taller, de la fábrica y el terruño, me dirijo para manifestaros que ha sonado la hora de cooperar con vuestro grano de arena a la obra de nuestros compañeros, hasta romper las ligaduras que nos oprimen; nosotras también sufrimos las consecuencias de la explotación y es necesario unirnos para acabar con tantos zánganos que existen en esta sociedad corrompida en que vivimos.

Hay que preocuparse asimismo de educar a nuestros pequeñuelos, llevándolos por el sendero de la libertad y justicia. De esta forma haremos hombres libres y defensores de la causa emancipadora.

A unirnos, compañeras, hasta romper la fuere columna llamada Religión, sostén de la ignorancia del sexo femenino y gritar conmigo:

¡Viva la Unión Universal!


Este periódico quincenal había aparecido en 1912 y se anunciaba en Tierra y Libertad, por lo que no hay que dudar de que Isabel lo leía, le gustaba su contenido y por eso decidió enviar su escrito.

Esta colaboración en la prensa ferrolana tuvo que ser la explicación de la siguiente nota que aparecía el 19 de marzo 1913 en Tierra y Libertad:

En Baracaldo se ha constituido un grupo femenino con el nombre de «Luz Armonía» para propagar los ideales anarquistas por medio de folletos y de prensa, tratando de educar y de educarse.

Desean tener comunicación con Isabel Barea y Teresa Claramunt.

Dirección: Amalia Fraguela, Baracaldo (Vizcaya)

Para comprender la relación de esta nota -cuya autoría era de Amalia Fraguela- con Isabel Barea, hay que saber que Amalia había nacido en Sedes, parroquia de Narón (A Coruña), y que su primera hija se llamó Luz Armonía; que en el mes de agosto de 1912 había fundado en El Ferrol el grupo femenino «La Antorcha», apareciendo en sociedad con un manifiesto titulado «A las mujeres»; que a finales de 1912 dejó El Ferrol y se estableció con su familia en Baracaldo; y que, por supuesto, Amalia Fraguela había colaborado en la prensa anarquista Cultura Libertaria, donde también se pudo leer algún artículo de Teresa Claramunt. Este es el motivo por lo que fue con Teresa y con Isabel con quienes quiso contactar Amalia al llegar a Baracaldo y pensaba crear su nuevo grupo anarquista femenino.

¿Llegó a contactar Isabel Barea con Amalia Fraguela? De nuevo, no tenemos pruebas de que establecieran algún tipo de comunicación, pero es muy probable que así fuera. Las redes epistolares que se tejían en aquellos tiempos entre mujeres son bien conocidas.

Ese mismo ejemplar del 19 de marzo de 1913 nos dice que Isabel Barea, que seguía siendo la corresponsal y paquetera de Tierra y Libertad, donaba 0,20 peseta «a favor de los presos por cuestiones sociales», y en la Correspondencia Administrativa se dirigían a ella para decirle que, habían recibido suyas 8 pesetas: 1 pta. para la suscripción a José Bellido, 0,40 para Fuerza Consciente18, 2 pesetas por paquete de periódicos, y 4,40 por su pedido de láminas y libros, además de la ayuda para presos ya referida.

El 30 de abril seguía de corresponsal-paquetera y había pagado 7 paquetes de 30 ejemplares de Tierra y Libertad: ¡210 ejemplares repartía Isabel Barea en Jerez! Por supuesto, en Jerez había más personas y grupos que repartían prensa anarquista, como Antonio Chacón en nombre de «Los Redentores del Porvenir» o la Sociedad de Campesinos, pero las cantidades consignadas en la prensa eran mucho menores.

A continuación, el 14 de mayo de 1913 va a publicarse «A la mujer proletaria», su último artículo conocido, y con seguridad el último en Tierra y Libertad.


A LA MUJER PROLETARIA

Compañeras explotadas; hermanas de miserias, sufrimientos y dolores:

Una mujer explotada, una esclava del vampiro burgués y de la señorona que odio (*19), una mártir como vosotras al servicio del zángano de la colmena social, a vosotras os llamo a una sociedad donde unidas ataquemos a la fiera capital, la hiena religiosa y al tigre que devora a nuestros hijos queridos en guerras fratricidas por la defensa de dos coronados.

Despierta, mujer proletaria, y une tu grano de arena a la gran obra que preparamos unas cuantas mujeres que no quieren seguir siendo la humilde esclava de ayer, sino las rebeldes de hoy en la palestra donde desafiemos al implacable enemigo.

Ayudemos con nuestros esfuerzos, como las galas de la antigua Galia, a nuestros padres, hermanos y compañeros en la lucha por una sociedad donde no habrá amos ni criados, explotadores ni explotados, verdugos ni víctimas. Una sociedad donde todo será amor, paz y trabajo para todos los humanos: una sociedad más humanitaria, más feliz.

¿No te apena ver a tus pequeños, víctimas del hambre, cubiertos de harapos, mártires del deseo (*) ellos como tu compañero y también tú, ignorante mujer?

¿No sufres al ver a tus hijos ineducados, analfabetos y faltos de salud por el dañino alimento que le das, tanto con tus exhaustos pechos como con toda la podredumbre que existe en tu hogar?

Despertar, mujeres; alentarlas, hombres, y educarlas; y a vuestros hijos educarlos en escuelas racionalistas, alejarlos del fraile, de los maestros catoliquines que se convierten en verdugos de nuestros hijos y nunca en educadores de la moral que ansiamos.

¿Escucharéis mis consejos? ¿Nos ayudaréis a nuestra obra?

¿Seréis consecuentes?

Así lo espera vuestra hermana,

ISABEL BAREA

Jerez, mayo de 1913


Isabel Barea estaba afirmando en este texto que ella, junto a otras mujeres, preparaba algún tipo de organización femenina, pero no dio los frutos apetecidos o al menos no he descubierto ninguna noticia más de esa organización femenina. Pero queda anotado aquí el temprano deseo de crear una organización de ese tipo, como la de Amalia Fraguela en Baracaldo, que cristalizará, sin embargo, más adelante.

A la semana siguiente, y como respuesta a un comentario suyo que desconocemos, la Correspondencia de Tierra y Libertad, además de comunicarle que había recibido el dinero de 6 paquetes de revistas vendidas, le hacía esta amonestación enigmática:

A pretexto de administrativos, no admitimos indirectas de nadie. Aquí, en este grupo, no hay «amos».

Sea como fuese, Isabel siguió siendo la corresponsal en Jerez del semanario anarquista de Barcelona, y además del dinero de la venta de numerosos paquetes enviaba dinero para presos o libros, o seguía enviando la suscripción trimestral para José Bellido. Cuando se pusieron en octubre a la venta los Almanaques de Tierra y Libertad para el año 1914, Isabel pagó por adelantado 14 almanaques.

En esta época del otoño de 1913, Isabel Barea también se va a convertir en corresponsal-paquetera del otro gran diario anarquista de España, Solidaridad Obrera, que en ese momento era un «periódico sindicalista» y «Órgano de la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña». La colección de ejemplares digitalizados está más incompleta, pero en el n.º 25, de 6 de noviembre, le comunicaba la Administración que con el dinero enviado había liquidado ya el n.º 18, que correspondía al 18 de septiembre.

En los meses siguientes y hasta el 29 de marzo de 1914, Isabel seguirá pagando paquetes de periódicos, donativos para presos o suscripciones para conocidos suyos. Después de ese número, aunque repito que faltan muchos ejemplares, ya no volverá a salir Isabel Barea en la sección de «Correspondencia Administrativa» de Solidaridad Obrera.

Una cosa es cierta, en diciembre de 1914, fue a través de Tierra y Libertad como pagó algunos números de Solidaridad Obrera, por lo que ya no mantenía relaciones con dicho periódico sindicalista, aunque lo seguía leyendo y vendiendo.

Por el contrario, Isabel sí siguió siendo una de las corresponsales en Jerez de Tierra y Libertad, pues el 13 de mayo de 1914 se seguía informando que había enviado 5 ptas por paquetes de periódicos, y se le decía que aparecieron otras 6 ptas. correspondientes al n.º del 14 de enero, que se habían extraviado. En esos meses de primeros de 1914 será un tal A. R. (Antonio Rodríguez) quien también será paquetero de Jerez, aunque con menos volumen de paquetes. El 19 de agosto, tras meses sin aparecer Isabel Barea, Juan Rodríguez como paquetero envía a Tierra y Libertad 8 pesetas, pero aclaraba que 5 eran de paquetes de Isabel Barea. En este año de 1914, Isabel Barea se mostrará menos activa y ya no dará donativos para presos o para adquirir folletos. Solo paquetes.

Un dato familiar. Según el Padrón Municipal de 1914, el matrimonio se había separado, pues nadie vivía en San Agustín n.º 4 y su marido Juan Franco Gallardo estaba domiciliado, él solo, en la Calle Sol n.º 61, ocupando una habitación en una casa de vecinos de familias jornaleras.

¿Cuál podía ser el motivo? Durante el mes de junio de 1914 tuvo lugar una dura huelga de obreros agricultores en Jerez de la Frontera, dirigidos por la Sociedad de obreros campesinos cuyo presidente era Sebastián Oliva. En el transcurso de la misma fueron detenidos más de un centenar de huelguistas en varios cortijos por querer impedir que trabajaran en los campos esquiroles provenientes de otras localidades, e incluso portugueses y el mismo ejército, según denunciaron los huelguistas. Los detenidos eran puestos en libertad en cuestión de horas o al día siguiente, en el peor de los casos. Pero no hay noticias de que se detuvieran ni a destacados dirigentes campesinos ni a mujeres. Por tanto, esta huelga no puede estar en el origen de la «desaparición de Isabel Barea».

Esta ausencia de Jerez lo relaciono con la posibilidad de que marchara a Grazalema por motivos graves de salud de su padre y/o madre. Es solo una posibilidad.

El último ejemplar de 1914, de 30 de diciembre, ya de nuevo en Jerez, volverá a aparecer Isabel Barea en la Sección de Correspondencia de Tierra y Libertad, confirmándose que fue la mayor distribuidora de prensa anarquista de Jerez.

Jerez de la Frontera.- Isabel Barea. Recibido 16 ptas. La Voz del Cantero, 1; Solidaridad Obrera, 5, y paquetes, 10 pesetas. Liquidado el n.º 217.

Como estamos viendo, algunos diarios se pedían y pagaban a través de Tierra y Libertad, como es el caso de ¡Tierra! (La Habana) o La Voz del Cantero (Madrid)20.



ISABEL BAREA, ORADORA Y ORGANIZADORA DE MUJERES:

LA «ASOCIACIÓN FEMENINA DE JEREZ».


La Primera Guerra Mundial asolaba Europa desde el verano de 1914, provocando, además de muerte y destrucción, una inflación y una pérdida de los salarios nunca antes visto. Además, en España, el acaparamiento y el envío y la ocultación de materias primas para la exportación a Argentina y otros países del Cono Sur de Amñerica, más rentable para la burguesía comercial, especialmente agro-alimentaria, textil y del carbón, provocaba el desabastecimiento, el encarecimiento de las subsistencias, y con ello el frío y el hambre para las familias proletarias. Las huelgas y las revueltas del hambre se fueron produciendo cada vez con más virulencia, al mismo tiempo que una feroz represión del gobierno de Eduardo Dato, que se mostraba incapaz de solucionar la situación de miseria de la clase trabajadora.

En este período crítico caracterizado por una enorme conflictividad social, laboral y política va a intervenir activamente la veterana anarquista de Jerez.

Según el Padrón de Cédulas Personales de 1915, cuando Isabel volvió a Jerez, de nuevo se domiciliará con su marido Juan Franco en el n.º 4 de la calle San Agustín. Además de este dato objetivo, así lo manifestaba ella misma cuando en el ejemplar del 25 de agosto de 1915, Isabel solicitaba otra vez contacto con la anarquista cántabra Aurora Santander, y su dirección seguía siendo la misma: «C/ Agustín n.º 4, accesoria, Jerez». También en la sección de «Correspondencia» se le informaba haber recibido suyas 5 pesetas por paquetes de Tierra y Libertad y 2 pesetas de Solidaridad Obrera.

A partir de ese otoño de 1915, y sin saberse el motivo, ni si fue por decisión suya o por imposición, Isabel Barea dejará de vender prensa anarquista, y será la «Asociación de Obreros Campesinos» («A. de O.C.») quien se convertirá en el corresponsal-paquetero de Tierra y Libertad para Jerez de la Frontera. Isabel Barea tampoco se mencionará nunca más como donante para presos u otra suscripción.

Parece como si comenzara una nueva etapa en la vida de Isabel Barea, ahora que ya contaba con 57 años de edad.

La primera vez que nos enteramos de su faceta de oradora ocurrirá a finales de ese año. La prensa jerezana El Guadalete del 21 de diciembre de 1915 informaba de un «Mitin» en el local de la Sociedad de Toneleros en la calle Escuelas de Jerez, para pedir la libertad de los presos por cuestiones sociales, política y de propaganda societaria. Al acto se adhirieron todas las sociedades de obreros de Jerez: Agricultores, panaderos, albañiles, etc.

Tomaron la palabra en el acto «los propagandistas y sindicalistas valencianos Ramón Guinza y Francisco Quisnay» que estaban de gira por Andalucía21, además de los obreros agrícolas de Jerez, Basilio Medina, Francisco Fernández y Sebastián Oliva, «y además Isabel Barea». El acto estuvo presidido por José Guerrero22 y «concurrieron unos doscientos individuos».

Isabel no pertenecía a ninguna sociedad obrera de Jerez, como ya sabemos, por lo que nos preguntamos: en esta primera intervención conocida desde una tribuna, ¿en calidad de qué intervenía o a quiénes representaba?

Antes de continuar hay que saber que el 14 de mayo de 1916 se celebró en Valencia una Asamblea Nacional de la CNT con el fin de agrupar a otras organizaciones obreras del estado español en defensa de una especie de programa mínimo reivindicativo que agrupara a los trabajadores en sus deseos de mejoramiento laboral y social y en contra de la represión sistemática que sufría. En ese marco de colaboración de la UGT y la CNT, principalmente, se tomó el acuerdo de celebrar actos conjuntos en todos los pueblos de España para exigir al Gobierno el abaratamiento de las subsistencias y la inmediata libertad de los presos por motivos políticos y sociales y por huelgas. Así es como en Jerez se va a crear un Comité Pro-Presos presidido por Pedro García Chacón y ubicado en la C/ Visitación n.º 10, sede de la Sociedad de Obreros Campesinos (CNT).

Este Comité Pro-presos va a convocar en los próximos meses varios mítines con este único fin, todos ellos celebrados en la sede de la Sociedad de los Toneleros (UGT) en la calle Escuelas n.º 12.

El primero se celebró el domingo 11 de junio y la prensa jerezana solo destacaba que se hacía para pedir la libertad de los obreros presos de la localidad riojana de Ceniceros. Según la breve nota, acudieron unos seiscientos obreros «y algunas mujeres» e hicieron uso de la palabra Diego Martínez, José Guerrero y otros obreros, y «asimismo Isabel Barea»23. También se informaba de que se habían redactado cuatro telegramas a las autoridades con el siguiente texto: «En grandioso mitin organizado por las Sociedades Obreras de Jerez (Cádiz), solicitamos indulto libertad presos Cenicero, Jose Castellví y demás presos por delitos sociales, políticos y ocurridos en ocasión de huelga. La Comisión».

No había pasado ni un mes cuando la prensa informaba de un nuevo mitin en la sede del n.º 12 de la calle Escuelas celebrado el domingo 9 de julio, con el fin de protestar por la carestía de las subsistencias y pedir la libertad de los presos políticos y sociales. Se adhirieron numerosas Sociedades Obreras, así como los Panaderos de Sevilla y el Centro de Estudios Sociales de Sevilla. Según la prensa, hablaron muchos obreros, «y también habló Dª Isabel Barea»24. Presidió el catedrático de latín y diputado provincial de ideología republicana Antonio Roma Rubíes25, quien cerró el acto con un discurso erudito sobre las causas de la carestía de las subsistencias.

Tras una pausa obligada -entre el 14 de julio y el 12 de agosto- por las medidas del nuevo gobierno del Conde de Romanones, con la suspensión de las garantías constitucionales, el cierre de las Cortes y la declaración del estado de Guerra, a raíz de estas protestas radicalizadas por el encarecimiento de las subsistencias y la huelga de los ferroviarios, el tercer «mitin monstruo» de la campaña organizado por el Comité Pro-presos de Jerez se celebró el domingo 17 de septiembre de 1916. Se habían adherido más de diez Sociedades Obreras, ademá de la adhesión del catedrático Roma Rubíes, la Asociación de Obreros Campesinos de Lebrija, el Comité de la Federación de Grupos Anarquistas de la Región Andaluza, y el centro de Estudios Sociales de Sevilla. La crónica del acto destacaba la presidencia de Diego Martínez y la intervención de oradores procedentes de Cádiz, Sevilla y Valencia, y entre los de Jerez mencionaba a Gregorio Vílches, a José Guerrero y a su hijo José Guerrero Bocanegra y al presidente del Comité Pro-Presos, Pedro García Chacón, entre otros. ¿Y quién más? Pues la nota añadía: «y habló la compañera Isabel Barea, en representación de un grupo de mujeres»26.

Es la primera vez que hay constancia de que existía un grupo de mujeres en Jerez y que Isabel Barea hablaba en esos mítines obreros en nombre de ellas. Será la primera que no la última vez.

Según el ejemplar del 27 de octubre de 1916 del «periódico independiente» El Martillo (Jerez), órgano de la Asociación del Gremio de Toneleros (UGT), con sede en la calle Escuelas n.º 12, el domingo 22 de octubre, el Gremio de Toneleros organizó -junto a otras entidades como la Juventud Radical- un mitin dentro de la campaña «Pro-Justicia y abaratamiento de las Subsistencias» iniciado por la UGT y por la CNT. Presidió José Arévalo, presidente de los toneleros y comenzó dando lectura a una carta de adhesión de Antonio Roma Rubíes. A continuación, tomaron la palabra los campesinos libertarios Juan Basilio Medina, José Bellido y José Guerrero. Después de otros oradores del gremio de toneleros, habló el ya conocido dirigente anarquista Diego Martínez y «en representación del género femenino hizo uso de la palabra Isabel Barea».

Las conclusiones finales se enviaron al Gobierno civil, y un telegrama al presidente del Consejo de Ministros: «Mitin monstruo obreros exigen a V.E. la libertad presos Cenicero, Jose Castellví, amplia amnistía presos políticos, sociales, imprenta, huelgas. Abaratamiento subsistencias solución crisis de trabajo. Presidente, José Arévalo».

Y todavía Isabel participó en un nuevo mitin antes de acabar el año. Según El Guadalete del 18 de diciembre de 1916, en el Teatro Eslava de Jerez se celebró un acto multitudinario «para protestar de las cuestión de las subsistencias y pedir una amplia amnistía».

La asistencia fue numerosa, con el Teatro completamente lleno y «quedando fuera en la calle más de mil personas». El acto fue presidido por Antonio Roma, y a continuación el campesino anarquista José Guerrero «pronunció un enérgico discurso, describiendo la angustiosa situación de la clase trabajadora». Hablaron los también anarquistas Sebastián Oliva, director de La Voz del Campesino (Jerez), órgano de la Federación de Obreros Agricultores de España, Diego Martínez y José Sánchez Rosa de Sevilla. Según el periódico «Isabel Barea se asoció al acto, en nombre de la mujer obrera, fustigando a los causantes de la miseria del pueblo».

Después del acto se organizó una «imponente» manifestación hasta el Ayuntamiento donde le entregaron al alcalde las conclusiones. Antonio Roma salió al balcón y anunció la buena predisposición del alcalde a las propuestas de los obreros.

Las reivindicaciones sociales eran las mismas un año después y en El Martillo (Jerez) del 30 de noviembre de 1917 se informaba de otro «Mitin monstruo» organizado por la Federación Local Jerezana de Sociedades de Resistencia, y celebrado en el local de los Toneleros «para pedir la libertad de los presos políticos-sociales y una amplia amnistía para los perseguidos, deportados y encarcelados por los sucesos ocurridos en el mes de agosto último». Además de numerosas Sociedades obreras, se habían adherido también el Comité local del Partido Republicano radical. Presidía el acto nuevamente el catedrático del instituto de Jerez Antonio Roma Rubíes. Según el diario, «hicieron uso de la palabra varios oradores, y la compañera Isabel Barea, que habló en nombre de la mujer obrera jerezana».

Con los «Sucesos de Agosto» se referían a los acaecidos durante la Huelga general Revolucionaria que se señaló para el 13 de agosto en toda España y cuyo seguimiento fue muy desigual en las diferentes ciudades. Había sido convocada por la UGT y el PSOE, siendo apoyada en muy pocos lugares por la CNT. La Huelga terminó con miles de detenidos, entre ellos el Comité de Huelga compuesto por Francisco Largo Caballero y Daniel Anguiano por UGT y por Julián Besteiro y Andrés Saborit por el PSOE. En Jerez, salvo la huelga de los Vidrieros, la situación obrera fue muy tranquila.

Y siguieron las huelgas. Estamos en el llamado «Trienio Bolchevique», de una gran conflictividad obrera y social. En octubre de 1917 se había producido la Revolución bolchevique en Rusia, y la Gran Guerra estaba a punto de acabar, dejando una crisis económica de enormes e imprevisibles dimensiones.

Ahora será el diario madrileño La Correspondencia de España quien nos hablará de Isabel Barea. Fue en el ejemplar del 25 de junio de 1918 donde informaba desde Andalucía con una nota titulada: «Los huelguistas campesinos. Un mitin». Estaba fechado en Jerez de la Frontera del día anterior y decían que los huelguistas campesinos habían celebrado un mitin monstruo al que habían asistido «unos 2.500 obreros». Presidió el acto el catedrático Antonio Roma y hablaron oradores de distintos gremios y de otras localidades. A continuación escribían:

Isabel Barea ha anunciado que el elemento femenino irá un día a la huelga.

En el Diario de Cádiz y en El Debate (Madrid) del día anterior habían escrito: «También peroró Isabel Barea, anunciando que el elemento femenino irá a la vanguardia». El Guadalete, molesto por las duras críticas recibidas el día anterior al mitin en un comunicado de la Sociedad de Obreros Campesinos, no publicó ninguna reseña del mitin.

***

Isabel Barea era la dirigente y cabeza visible de un grupo de obreras jerezanas desde hacía tiempo, y del que no se tienen más noticias, pero lo que sí es una certeza es que, por fin, su sueño de ver a las mujeres organizadas se haría muy pronto realidad.

En El Martillo del día 28 de junio, en primera plana y columna editorial, se podía leer: «Las obreras deben asociarse». Estaba firmado por Antonio Roma y narraba que el día 14 de junio fue visitado por una Comisión de obreras jerezanas encabezadas por Isabel Barea, Catalina Beltrán y María Guerrero Bocanegra, para invitarle al acto donde se trataría la conveniencia de constituir una Sociedad obrera femenina que se iba a celebrar el domingo 16 de junio de 1918. Acudieron numerosas mujeres, y Antonio Roma no dudaba de que pronto sería «una hermosa realidad la asociación de las trabajadoras jerezanas». Roma Rubíes terminaba felicitando a las mujeres de la Comisión organizadora que le habían visitado haciendo «sinceros votos por el éxito de la futura asociación, para que las obreras alcancen sus mejoras y derechos y presten su concurso a sus padres, maridos y hermano en la lucha que sostienen por su emancipación económica».

Esta reunión fue reseñada ampliamente por el diario jerezano El Guadalete del martes siguiente:

El domingo por la noche se celebró el anunciado mitin con objeto de constituirse en sociedad las obreras jerezanas.

Presidió Isabel Barea, la cual pronunció un discurso exponiendo las ventajas de que las trabajadoras se asocien para conseguir mejorar las condiciones de su trabajo y obtener la remuneración que en justicia les corresponde. Además de usar la palabra varias obreras, lo hicieron también, invitados por la Presidencia, Sebastián Oliva, Francisco Fernández y José Guerrero, entre otros.

También hicieron uso de la palabra el industrial José Huertas Fernández27 y el catedrático de Instituto Antonio Roma Rubíes, invitados al acto por la Comisión Organizadora.

El local de la calle Visitación n.º 10 (muy cerca de la Catedral), en donde se celebró el mitin, estaba completamente lleno, siendo muy grande el número de las mujeres concurrentes.

También se decía que el acto tuvo lugar en el local de la calle Visitación n.º 10 (muy cerca de la Catedral), local que estaba completamente lleno, «siendo muy grande el número de las mujeres concurrentes», y que en dicho encuentro se nombró una comisión encargada de redactar el proyecto de Reglamento de la Sociedad de mujeres, que sería discutido en Asamblea muy en breve.

Hay que saber que el local de la calle Visitación pertenecía a la Sociedad de Obreros Campesinos (CNT), y es significativo que quien invitó a hablar a los dirigentes campesinos anarquistas Oliva, Guerrero y Fernández fuese Isabel Barea. Sin embargo, la Asociación Femenina que se quería organizar no quería ser solo de carácter anarco-sindicalista, y por eso la Comisión Organizadora también invitó al acto a un conocido republicano y al carismático y popular dirigente de UGT y recientemente socialista Antonio Roma Rubíes.

Muy pocos días después ya se mencionaba al nuevo colectivo femenino en vías de constituirse y a Isabel Barea como máximo dirigente del mismo. Fue en el diario madrileño El Sol del 28 de julio cuando ofrecían la noticia de un «Mitin obrero» fechado en Jerez esa misma jornada. Se había celebrado en los Jardines del Alcázar con presencia de unas 6.000 personas y fue organizado por las Sociedades Obreras. Según el corresponsal, «hicieron uso de la palabra, entre otros oradores, el catedrático Roma Rubíes y la presidenta del Grupo feminista, Isabel Barea». Después del acto se organizó una manifestación que recorrió las principales calles en dirección al ayuntamiento para entregar las conclusiones del mitin.

Esta misma noticia se recogía en El Guadalete del día 30 julio aclarando que el mitin se celebró para protestar contra las carestía de las subsistencias. Coincidía en la asistencia «numerosísima» que estimaban en más de 5.000 personas. La prensa jerezana recordaba a varios oradores, entre ellos a los campesinos anarquistas Diego Martínez, Sebastian Oliva o José Guerrero. Pero «también habló Isabel Barea en nombre de la Agrupación Femenina». La lucha para exigir a las autoridades que se abaratan los artículos de primera necesidad estaba en su punto álgido, como en el resto de poblaciones y capitales de provincias. Volvieron a hacer uso de la palabra el comerciante republicano José Huertas y el catedrático Antonio Roma que presidía el acto, quien se lamentó de cómo «el pauperimos» se adueñaba de Jerez, si era «una de las regiones más hermosas del mundo» con recursos naturales para «mantener en la abundancia a un número de habitantes inmensamente mayor que el que tiene en la actualidad».

Aunque a Isabel ya se la señalaba como la presidenta del grupo de obreras, no fue hasta la noche del 6 de agosto cuando las mujeres celebraron una reunión en la que presentaron el Reglamento de la Asociación, aprobado por el Gobernador civil, por el que se regiría «el grupo feminista» para constituir oficialmente la sociedad. Según la breve nota de prensa28 «hicieron uso de la palabra oradores de ambos sexos», sin indicar nombres, aunque la participación de la batalladora y carismática oradora Isabel Barea estaría asegurada. Es una lástima que no se sepa quién intervino ese día donde oficialmente echaba a andar el colectivo, ni qué orientación política podían tener los oradores. Aunque todo hace suponer que subirían a la tribuna, sobre todo, dirigentes campesinos de la CNT. Tampoco aparecía en la nota los nombres de la primera Junta Directiva, aunque las próximas noticias no los desvelarán.

Lo que sí puede saberse es que en el Libro de Registro de Asociaciones del Gobierno Civil29, con fecha 26 de julio de 1918 se inscribió la «Asociación Femenina» de Jerez de la Frontera, cuyo objeto era el «mejoramiento e instrucción de la mujer», y cuya fundadora era Isabel Barea. La fecha oficial de constitución de la Asociación, como ya sabemos, fue el 6 de agosto con la entrega del Reglamento y la primera presidenta que se menciona en el Libro de Registro fue Catalina Beltrán.

Esta será el primer colectivo femenino de Jerez -o «feminista», como se le nombraba muchas veces en la prensa-, y además con un claro contenido obrerista, aunque nunca fuese un Sindicato o Sociedad Obrera femenina30.


COMIENZA LA LUCHA DE LAS MUJERES CONTRA EL HAMBRE

La «Asociación Femenina» de Jerez tuvo el «privilegio» de probar el grado de influencia que tenía entre las trabajadoras jerezanas a los pocos días de constituirse.

El 12 de agosto de 1918 de nuevo se celebró un mitin multitudinario en los jardines del antiguo Alcázar organizado esta vez por la Sociedad de Carpinteros. Era el tercero de los celebrados de forma continuada para forzar al gobierno a abaratar las subsistencias ante la situación de verdadera desesperación de las «clases menesterosas». Se había intentado celebrar por la mañana en el teatro Eslava de la ciudad, pero ante la muchedumbre que se congregó en la calle para entrar en el teatro, la comisión organizadora lo suspendió y se acordó pedir autorización para ocupar un espacio mayor.

En el mitin de la tarde, según diversos periódicos, la asistencia fue muy numerosa, y destacaban la enorme presencia femenina. El País cifraba en unos diez mil el número de personas que abarrotaron los jardines del Alcázar, y decía que la «mayoría eran mujeres». Otros corresponsales afirmaban que habrían unas 7.000 personas, de las que al menos 1.000 serían mujeres31. Esta afluencia masiva de mujeres no puede desligarse, sin duda, de la actividad de la Asociación Femenina recién constituida. De hecho, la doctora Ramos no duda en afirmar que esas «mil mujeres estaban dirigidas por la Liga Feminista de Jerez»32.

El mitin duró mas de tres horas, y tomaron la palabra una decena de oradores que «excitaron a la huelga general de obreros y de obreras de todos los oficios». También se informaba en las crónicas periodísticas que se había acordado adoptar «medidas violentas para conseguir que las domésticas abandonaran el servicio». Solo se mencionaron los nombres de Sebastián Oliva y Diego Martínez, además del presidente de la Sociedad de Carpinteros, José Coll, pero es indudable que también intervendría, al menos, Isabel Barea, como representante de las mujeres organizadas de Jerez.

En el mitin se tomó el acuerdo de declarar una Huelga general indefinida al día siguiente, huelga que sería seguida por todas las sociedades obreras y el comercio de la ciudad. Ante esta situación, al alcalde Marcelino Picardo reasignó el mando en la autoridad militar -el general José de la Calle-, que declaró el estado de guerra en la ciudad; un escuadrón de Lanceros de Villaviciosa que se encontraba en la vecina localidad de El Puerto se trasladó a Jerez, y la ciudad amaneció con las calles enarenadas para que los caballos no resbalaran en el adoquinado cuando se dieran las cargas para dispersar a los obreros huelguistas. En las calles se habían fijado carteles anunciando el establecimiento de la Ley marcial.

El papel de las mujeres fue muy comentado en la prensa estatal. Desde primeras horas de la mañana del 13 de agosto grandes grupos de mujeres llegaron desde los barrios pobres y periféricos de la población y recorrieron los comercios del centro de Jerez obligando al cierre total de establecimientos. En el Mercado de abastos cerraron los pocos puestos que estaban abiertos, y en algunos se produjeron altercados y desperfectos. Las mujeres desengancharon los caballos de los vehículos y carros para inutilizarlos. La noticia más difundida fue que cientos de mujeres recorrieron las calles principales de la población y entraron en las casas para que las obreras domésticas también se unieran a la huelga general, cosa que consiguieron en muchos casos, aunque en otros donde las «señoras» se opusieron a que sus «sirvientas» se sumaran a la huelga, fueron apedreadas las fachadas y los cristales de ventanas y balcones saltaron hecho añicos.

Según contaba El Guadalete del día 15, otros grupos de mujeres recorrían las calles de los barrios obreros de Jerez alentando a las vecinas a que la siguieran, «consiguiendo su objeto en más de una ocasión». La policía municipal detuvo en un primer momento a dos mujeres que se distinguieron en las acciones del Mercado, conocidas como La Redonda y La Sampala33 (Isabel España Álvarez).

La huelga continuó los días siguientes, y el jueves 15 de agosto, festividad de la Virgen, se recrudecieron las acciones, «siendo detenidas al medio día tres mujeres por promover los alborotos y conducidas a la Prevención Municipal. Estas mujeres fueron las que más se distinguieron en los escandalosos sucesos del día 13», y se daban los nombres de María Guerrero Bocanegra, Catalina Beltrán Vega y Catalina García Valero, todas ellas «de la junta directiva del Grupo Femenino de creciente creación». María era la presidenta, según la nota de prensa, y las otras eran vocales de la Junta directiva. Según noticias posteriores, Catalina Beltrán era la Secretaria del «grupo feminista».

En la prensa jerezana del 17 de agosto se siguieron sucediendo noticias de la huelga y se comentaba que «en su domicilio fue detenida ayer una mujer llamada María Lara Jiménez, conocida como La Felipona, quien el pasado martes día 13 figuró al frente de grupos que recorrieron las calles escandalizando y cometiendo atropellos». Seguía comentando la breve nota que La Felipona ingresó en la cárcel a disposición de la autoridad militar. María Lara Jiménez era hermana del campesino Felipe Lara Jiménez, marido de Catalina Beltrán, y se convertirá en vocal de la Junta Directiva del grupo de mujeres dos años más tarde. Era otra prueba más del protagonismo que tuvo la Asociación Femenina de Jerez en estas jornadas de lucha por el abaratamiento de las subsistencia y contra los acaparadores de alimentos y bienes básicos como el carbón.

Por último, en el ejemplar del día 23 de agosto, haciendo un resumen y punto final de la Huelga General por el abaratamiento de las subsistencias, se informó de la puesta en libertad provisional de todos los detenidos en las jornadas del martes 13 y miércoles 14 de agosto. Entre los que recobraron la libertad destacaba el periódico a la «presidenta y dos vocales de la directiva del grupo feminista local, de reciente creación».

Como estamos viendo, en ningún momento se mencionó a Isabel Barea, y ya sabemos que en sus inicios no fue nombrada con ningún cargo de importancia en el grupo de obreras jerezanas que ella impulsó. Tenía 60 años de edad y quizás en aquellos momentos no se viera con fuerzas para ejercer cargos de dirección, dejando paso a las jóvenes del movimiento «feminista», como María Guerrero Bocanegra, era la hermana pequeña del campesino anarquista José Guerrero, ya mencionado anteriormente, e hija del histórico dirigente José Guerrero Gutiérrez.


***


Sin embargo, Isabel Barea no había abandonado la lucha, todo lo contrario. Cuando en febrero del año siguiente se reanudaron las protestas por el encarecimiento de la vida y los bajos salarios, volvió a subirse a la tribuna «perorando» en nombre de la Asociación Femenina.

En El Guadalete del 14 de febrero de 1919 se informaba del «mitin monstruo» organizado por el gremio de albañiles para protestar del paro forzoso en que se hallaban y del elevado precio de las subsistencias. Se celebró en la calle Galván, sede de la Sociedad de Obreros Viticultores, donde la asistencia fue tan numerosa que muchas personas ocupaban las inmediaciones del local, destacando el periódico la presencia de muchas mujeres que «ocupaban sillas en lugares preferentes». Entre los representantes de las Sociedades obreras que ocuparon la tribuna se mencionaba a Isabel Barea, por la Asociación Femenina.

A la semana siguiente, el diario El Sol (Madrid) del 22 de febrero publicaba una noticia titulada: «Se acuerda ir a la huelga general si los precios de las subsistencias no de modifican». Se informaba de un nuevo «mitin monstruo» organizado por el gremio de albañiles de Jerez celebrado el día anterior en el Teatro Eslava. El diario decía que los «oradores se expresaron en tono de mucha violencia» y a continuación decía: «La presidenta de la Junta feminista, Isabel Barea, censuró a las autoridades, contra las que formuló violentas protestas, por la escandalosa y provocadora concentración de la Guardia civil y de Vigilancia en la ciudad, y por otras medidas de rigor adoptadas».

También se habló en el mitin de asaltos a la tahonas y almacenes, se protestó contra las tarifas ferroviarias y contra las infracciones de la ley de tasas en los artículos de primera necesidad, y se aconsejó a los obreros que se negaran a pagar el alquiler de las viviendas. Se advirtió por último al alcalde que si persistían los precios abusivos de las subsistencias, irían a otra huelga general.

Como estamos viendo, a Isabel se la seguía mencionando como «presidenta» de la Asociación Femenina o «Junta Feminista», cargo que no ejerció de forma efectiva hasta finales de 1919, cuando en la Asamblea general de la Asociación Femenina se volvió a elegir la siguiente nueva Junta Directiva34:

Presidenta: Isabel Barea de la Rosa.

Secretarias: Rosalía Ramayo Sánchez35 y María Guerrero Bocanegra.

Tesorera: Carmen Acedo Suero.

Contadoras: Ana Ruiz Gutiérrez y Dolores Ramayo Sánchez.

Vocales: Francisca Martín González y Teresa Suero Aguilar36.


Quizás debido a este ambiente revolucionario que se hacía creciente en la ciudad, y al ejemplo del colectivo de Isabel Barea, las fuerzas conservadoras y católicas de ciudad también se movilizaron y el 19 de octubre de 1919 fundaban tres Sindicatos de Obreras: del Servicio (Concepción Cala como fundadora y Amparo Vega su presidenta), de Fábrica (Mercedes Saborido como fundadora y Ana M.ª Morales presidenta) y de la Aguja (Ana López del Castillo, fundadora y presidenta)37. A partir del 9 de enero de 1927, bien entrada la dictadura de Primo de Rivera, su carácter quedó al descubierto, pues funcionó con el nombre de Federación de Sindicatos Católicos Femeninos de Obreras del Servicio, Aguja, Fábrica y Aprendizas «Nuestra Señora de la Merced», fundado por el jesuita Leopoldo Barba y Fernández Caballero, y presidido por Carmen Doña Heredia.

Por último, en la cascada de colectivos femeninos fundados en ese trienio Bolchevique, de uno y otro signo, situamos el que se formó e1 1 de diciembre de 1919 titulado Solidaridad de Obreras de Oficios Varios de Jerez (fundado por Manuel Castilla Flores, dirigente de la Sociedad de Arrumbadores), asociada a la Casa del Pueblo, y por tanto estaría adscrita a la UGT. Su primera presidenta fue M.ª Paz García Ortíz38.

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Durante estos últimos años no conocemos si continuó regentando la tienda de pan de San Agustín n.º 1, pues no hay datos padronales ni informativos que lo aclaren. Lo que sí se sabe es que a finales de 1919, el matrimonio ya vivía en otro domicilio: en el n.º 15 de la calle Zarza del Barrio de San Telmo39. Allí vivirá Isabel más de una década.

Por todo lo que antecede, la figura de Isabel Barea debe situarse, de alguna forma, en la base del feminismo obrerista y popular de Jerez de la Frontera. De hecho, su colectivo no fue «flor de un día», pues aún en El Noticiero Gaditano del 11 de junio de 1920 se informaba de la nueva Junta directiva aprobada por la Asamblea de la «Asociación Femenina de Jerez». La presidencia recayó en Carmen Acedo, la Secretaría en María García Vega (que vivía en el Pago de Picadueñas) y la Vicesecretaria era Isabel Barea de la Rosa. Como ya dijimos antes, María Lara La Felipona (que también vivía en Picadueñas) era una de las dos vocales de dicha Junta, y repetían Ana Ruiz Gutiérrez (contadora) o Rosalía Ramayo (vocal).

El Guadalete del día 17 reproducía la misma noticia pero con varias erratas en los nombres y apellidos de muchas de ellas, incluido el de Isabel Barea, a la que solo la llamaban: «Isabel de la Rosa».


***


Estamos llegando al final de las escasas noticias que existen sobre Isabel Barea, que seguía en la brecha a pesar de su avanzada edad. Ya se había producido el golpe de estado del dictador Primo de Rivera hacía más de tres meses cuando en El Guadalete del 6 de enero de 1924 se informaba que «cumpliendo órdenes del gobernador civil, la policía desde hace algunos días viene efectuando registros en los domicilios de individuos conocidos como afiliados al sindicalismo». Según la nota, se recogieron libros, folletos y documentos, practicándose algunas detenciones. Entre los que el 5 de enero ingresaron en la Cárcel a disposición del gobernador civil, mencionaban a Isabel Barea de la Rosa. También figuraba, entre otros, el joven y popular anarquista Francisco Caro Crespo, jornalero viticultor autodidacta, autor de varias obras teatrales, y que fallecería en 1927 a los 25 años de edad.

A los diez días de estar presos, el gobernador civil ordenó la puesta en libertad de los detenidos, incluida Isabel Barea40.

El Noticiero Gaditano del 10 de enero de 1924 informaba, -si a eso se le puede llamar informar- la misma noticia de la siguiente manera:


Gente Maleante

La jefatura de Policía de Jerez ha detenido a Manuel Moreno Rodríguez, de oficio vidriero y de costumbres poco recomendables, al que le fue ocupada una navaja que abierta tiene de longitud más de medio metro.

El gobernador civil ha impuesto a este «valiente» una multa de 250 ptas.

Al también «valiente» Francisco Caro Crespo, de Jerez, y poseedor de un gran cuchillo, otras 250 ptas.

Gregorio Vílches41, detenido en Jerez por hacer ostentación de su majeza, interviniéndosele una buena navaja, multa de 250 pesetas.

Y a la vendedora ambulante Isabel Barea, que «elogió» a la policía cuando prendieron a los citados individuos, también le ha sido impuesta una multa.


Según esta nota, si le damos credibilidad en ese aspecto, Isabel Barea habría dejado de regentar la tienda de pan y ahora se dedicaba a la venta ambulante, no sabemos de qué. En aquellos años muchas mujeres de edad avanzada vendían cerillos por las calles, «cerilleras», y ese oficio ambulante le vendría muy bien a la veterana anarquista para entablar conversación con numerosas personas y poder seguir difundiendo el Ideal.

En el Padrón de ese año de 1924, Isabel Barea seguía viviendo en la calle Zarza, pero esta vez está sola en la inscripción, pues Juan Franco ha fallecido y consta como «viuda».

Según el Libro de Registro de Asociaciones ya mencionado, la «Asociación Femenina» de Jerez fue disuelta el 1 de febrero de 1927, como tantas otras asociaciones y colectivos, en cumplimiento del decreto42 de dictador Primo de Rivera que mandaba que los sindicatos y sociedades solo tuvieran un carácter cultural, religioso o «sanos» socialmente, transformando las sociedades de resistencia en organismos corporativos de tipo social al estilo fascista italiano. De todas formas, a partir de 1920 no he vuelto a encontrar ninguna noticia más del primer colectivo «feminista» que existió en Jerez de la Frontera.

En el Padrón Municipal de 1930 Isabel Barea seguía viviendo sola en el n.º 15 de la calle Zarza de Jerez. Tenía 72 años y no sabemos cómo se ganaría la vida.

Para finalizar esta biografía, y como quiera que ya quedó dicho, Isabel Barea, «la anarquista que durante tantos años vendió pan para el cuerpo e ideas libertarias para el espíritu», falleció el 13 agosto de 1935, a los 76 años de edad43. En ese momento vivía en la barriada conocida como «Tierras del maestro Fuentes», en el extrarradio del sur de Jerez.

De Isabel Barea, sin descendientes ni parientes conocidos, humilde y nada mediática, no he podido conseguir ninguna fotografía que ilustrara y pusiera un rostro humano a esta historia de lucha y abnegación por la causa anarquista y feminista.

FIN


NOTAS:

1Causa de la muerte: una asistolia por insuficiencia cardíaca. Fuente: «Autorizaciones de enterramientos-año 1935-Libro 426-Página 197». Registros municipales del Archivo Municipal de Jerez. Disponible en la web «familysearch».

2Según el Libro de Matrimonios del Archivo histórico del Juzgado de Paz de Grazalema.

3En la obra «La tiza, la tinta y la palabra. José Sánchez Rosa, maestro y anarquista andaluz (1864-1936)», de José Luis Gutiérrez Molina (Ed. Tréveris-Librepensamiento, 2005) se puede consultar el movimiento obrero en Grazalema en los años en que Isabel Barea y Juan Franco ya se habían casado y vivían aún en Grazalema.

4El 25 de septiembre de 1908, «el obrero ácrata» José Arranz ingresaba en la cárcel de Jerez acusado de un delito de «escarnio a la religión y ataques al dogma» por un artículo titulado «Los dos leprosos» publicado en la revista de Barcelona El Rebelde. De Jerez fue conducido en noviembre a la cárcel Modelo de Barcelona donde se celebraría el juicio por «delito de imprenta».

Este dirigente jornalero e histórico anarquista jerezano, que vivirá muchos años en Barcelona, tras su paso por un breve exilio parisino, y que se convertirá en todo un referente intelectual en la revista anarquista Tierra y Trabajo, fallecerá muy anciano, con 82 años, poco antes de acabar la guerra. Fue el 24 de febrero de 1939, estaba aún casado y vivía en la C/ Pérez Galdós, 11 de Jerez.

5Este jornalero y anarquista, natural de Grazalema, era el presidente de los obreros campesinos de Jerez, al menos, desde 1902. Lamentablemente, fallecería pocos años después de tuberculosis pulmonar a los 40 años de edad el 10 de mayo de 1911. Estaba soltero y vivía en la calle Medina, 51 de Jerez.

6En Solidaridad Obrera (Barcelona), órgano de las Sociedades Obreras, del 18 de septiembre de 1908.

7Francisco Olmo Barrero se convertirá en miembro de la directiva de la Sociedad de Obreros Campesinos de Jerez cuando en mayo de 1914 la presidencia recaiga en Sebastián Oliva Jiménez.

8Otro dirigente jornalero anarcosindicalista cuya labor más importante llegará con la organización del Sindicato de Obreros Agrícolas en Jerez y su asistencia como delegado al Congreso de Córdoba de abril de 1913 donde se fundó la Federación Nacional de Obreros Agricultores de España. Diego llevaba la representación de 187 trabajadores del Asociación de Obreros Campesinos de Jerez.

Ejercía de paquetero-corrresponsal de Tierra y Libertad desde noviembre de 1907.

Según alguna fuente, fue fusilado en Jerez el 19 de agosto de 1936 junto a Sebastián Oliva. Sin embargo, en el registro de defunciones de Jerez, Diego Martínez Domínguez, jornalero de 70 años, falleció en su casa de la calle Rui-López nº 10, el 15 de febrero de 1938; el nombre, la edad y la profesión coinciden.

9Ente la prensa conservadora, el término «dama roja» era un forma de designar a mujeres radicales y comprometidas en general, del signo político que fuera. Si bien, las «Damas Rojas» fue un colectivo cercano al Partido Republicano radical de Lerroux que se había constituido pocos meses antes en Barcelona, Madrid y Bilbao, entre otras ciudades. Para la mujeres anarquistas, el término más utilizado no era el de «dama roja» sino el de «virgen roja», siendo la francesa Luisa Michel quien lo ostentó en primer lugar, y después Teresa Claramunt. En Sevilla se le llamaba así a la veterana anarquista Encarnación Gómez.

10«A los obreros de Jerez de la Frontera», en Tierra y Libertad del 22 de junio de 1910.

11 En Tierra y Libertad del 25 de enero de 1911.

12Seguidores del socialista Pablo Iglesias.

13La Casa del Pueblo de Jerez se registró en el Gobierno Civil el 9 de octubre de 1910, siendo su fundador y presidente Cristóbal Aguilar Castro, comerciante que en ese momento dirigía el diario Alma Rebelde, órgano de la Juventud Instructiva Obrera Radical, partido del que era su presidente. En las elecciones municipales del 12 de noviembre de 1911 fue candidato del Partido Republicano de Jerez por el Distrito Sexto de la ciudad.

14Francisco Romarís Creus, sería director del diario de la juventud radical Alma Rebelde a partir de enero de 1912.

15Podía referirse a muchos, pero en aquellas semanas, los folletos de Anselmo Lorenzo, verdadero pionero del anarquismo español, que se distribuían a través de Tierra y Libertad eran varios. El más extenso se titulaba «Solidaridad».

16Según Padrón de cédulas personales de 1911 y 1912. Archivo Municipal de Jerez.

17Por ejemplo, que existía en Jerez dos nuevos grupos anarquistas, llamados «Nuevos Luchadores» y «Amor y Odio». Un mes antes, en Tierra y Libertad del 1 de mayo, se informaba de la formación en Jerez del grupo sindicalista «Redentores del Porvenir», cuyo dirigente era Antonio Chacón.

18 Revista ilustrada «dedicada a la propaganda anárquica y revolucionaria» editada en Nueva York y después en Los Ángeles por Jaime Vidal, cuyo primer número salió el 15 de marzo de 1913.

19Esta, y la siguiente palabra marcada con un asterisco, no se pueden leer bien por la mala calidad de la digitalización. Tengo duda de que sean esas las correctas.

20En esos meses era un «Periódico quincenal. Órgano de la sociedad de obreros canteros y similares de Madrid y defensor de todos los oprimidos».

21Debe haber una errata en sus apellidos, pues no he encontrado a ningún anarquista que se se llamaran así.

22José Guerrero Gutiérrez, es el padre. Dirigente campesino anarquista de Jerez. Natural de Medina Sidonia. En 1905 tenía 42 años, cuando fue procesado junto a Mateo Moscoso y Francisco Vázquez por un manifiesto antimilitarista por los sucesos de Alcalá del Valle. En aquel periodo se conocían dos personas llamadas José Guerrero (¿padre e hijo?), según lo publicado en El Socialista del 8 de julio de 1919 al narrar los represivos métodos del general La Barrera en Jerez. Detuvo a 17 trabajadores de los más señalados y los deportó en dos grupos; en el que fue a Ceuta nombraba a José Guerrero, Sebastián Oliva y Juan Basilio Medina, entre otros; en el segundo grupo que fueron deportados a un pueblo de Albacete, nombraba a Diego Martínez, Francisco Caro, Francisco Olmo y José Guerrero Bocanegra, entre otros. Como vemos, la mayoría eran anarquistas ya mencionados.

Un nieto de José Guerrero Bocanegra asegura que su abuelo no fue fusilado en 1936, como aseguran los memorialistas de Jerez, y podría haber escapado con vida del terror fascista. En la web de desaparecidos del juez Garzón (https://especiales.publico.es/es/memoria-publica/), publica su fotografía y trata de saber su paradero o las circunstancias reales de su muerte. Según éste, se casó con Isabel Monroy Luna, y tuvo cinco hijos.

23El Guadalete (Jerez) del 13 de junio de 1916.

24El Guadalete (Jerez) del 11 de julio de 1916.

25Fue concejal de Jerez de la minoría republicana entre enero de 1910 y septiembre de 1913. A continuación sería diputado provincial por los republicanos independientes de Jerez hasta marzo de 1917. En 1915 se hizo abogado haciendo las prácticas en el bufete del famoso abogado republicano de Cádiz, Rodríguez Piñero. A partir de abril de 1917 dejará la política republicana y se convertirá en presidente de la Colonia Escolar Jerezana. En el acto del 1º de Mayo de 1917 celebrado en El Puerto de Santa María, ya se declarará a favor de los principios socialistas. En junio de 1919 salió derrotado en las elecciones a diputados a Cortes por Jerez con los republicano-socialistas. En febrero de 1920 sería uno de los 4 concejales socialistas de la nueva corporación municipal. Finalmente salió elegido diputado socialista por Cádiz a Cortes Constituyentes en junio de 1931, y diputado socialista del Frente Popular en febrero de 1936. Fue detenido por la policía franquista en Valencia en mayo de 1939 y pasó varios años en la cárcel. Murió en Valencia en 1967.

26Tierra y Libertad del 27 de septiembre de 1916.

27De ideología republicana reformista como Antonio Roma, este comerciante jerezano fue desde octubre de 1917 uno de los vocales de la Junta de la Colonia Escolar Jerezana que presidía Antonio Roma. El abril de 1920, Roma y Huertas serán los nuevos concejales republicano-socialistas del Ayuntamiento de Jerez. Huertas sería concejal republicano de Jerez hasta que el golpe de estado de Primo de Rivera provocó la destitución de todo el ayuntamiento y la designación de uno nuevo el 1 de octubre de 1923. José Huertas Fernández falleció a los 58 años el 26 de diciembre de 1924.

28El Guadalete del 7 de agosto de 1918.

29Puede consultarse en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz.

30Este carácter de «primera asociación integrada por mujeres» en Jerez de la Frontera, también lo afirma Francisco Trinidad Pérez en su obra «Los trabajadores gaditanos en la coyuntura de la I Guerra Mundial (1914-1923)», Ed. UCA-2001.

31Por ejemplo, el Heraldo de Madrid del 15 de agosto.

32Ramos Palomo, María Dolores. «Mujeres Rebeldes» en Andalucía en la Historia, n.º 45 de julio-septiembre de 2014, págs. 30-34.

33En febrero de 1922 dirá la prensa jerezana de La Sampala que era «mujer de vida airada» cuando le dio un mordisco en un brazo a un hombre borracho que le insultaba y le agredía. El hombre tuvo que ir a la Casa de Socorro.

34El Guadalete, 13 de diciembre de 1919.

35Rosalía debía ser muy joven pues en 1914, seis años antes, aún estaba en la Escuela de niñas n.º 3 de Jerez, siendo citada por obtener un premio en un Certamen escolar organizado por el municipio (El Guadalete del 14 de enero de 1914).

36Teresa Suero Aguilar (Jerez, 1866-Jerez, 1936), de padre campesino.

37Libro de Registro de Asociaciones-Archivo Histórico Provincial de Cádiz. También en Inmaculada Simón Juárez: «Mujer: Asociaciones y Sindicatos: España 1875-1939», Ed. Sanz Torres-Madrid, 2014), según datos del Censo Electoral Social del Instituto de Reformas Sociales.

38Libro de Registro de Asociaciones-Archivo Histórico Provincial de Cádiz.

Refugio Fidalgo y Rosario Morales eran sus dirigentes en enero de 1922, según documento disponible en:

http://memoriahistoricadejerez.blogspot.com/2018/03/un-sindicato-de-mujeres-trabajadoras-en.html)

39Según el Padrón de Cédulas Personales de 1919-Archivo Municipal de Jerez de la Frontera.

40El Guadalete (Jerez) del 18 de enero de 1924.

41En 1922, a Gregorio Vilches Barrionuevo, jerezano de 32 años, lo detuvieron por «Sindicalista y ladrón», aunque la nota del diario es tergiversadora al máximo (El Guadalete, de 12 de febrero).

42Real Decreto-Ley de 26 de noviembre de 1926 estableciendo la Organización Corporativa Nacional.

43Causa de la muerte: una asistolia por insuficiencia cardíaca. Fuente: «Autorizaciones de enterramientos-año 1935-Libro 426-Página 197». Registros municipales del Archivo Municipal de Jerez. Disponible en la web «familysearch».

 

 

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